El costo de la informalidad: Caso “Skull Cracker Clan/Bankai”

El 6 de julio explotó una bomba. El ex-analista de Skull Cracker Clan, Andrés “Bankai” Prada, publicó en sus redes un comunicado en el que expresaba su inconformidad por la situación vivida con la organización ecuatoriana. En dicho texto también expuso el caso de la ex-psicóloga del equipo, en el que afirmaba que la organización le debía el sueldo de 1 mes. Prensalol conversó con ambas partes, tanto el lado de la organización como el lado del analista.

El problema de los contratos

El ex-analista reclamó en sus redes sociales el mal trato que recibió en el equipo de Skull Cracker. El nuevo staff técnico estaba listo y preparado para el split de Apertura de la Volcano Discover League, sin embargo cuando conversaron sobre sueldos empezó el problema entre el analista y la organización. Bankai comentó sobre las conversaciones que tenía el staff técnico con la Manager de Skull Cracker:

Antes de que empiece el split de apertura la Manager nos comentó que teníamos un sueldo fijo, además de eso dijo que teníamos bonus por rendimiento, cosa que nunca hubo. Y por último se conversó sobre cómo se iba a dividir el premio si conseguíamos ser campeones. El 70% se lo llevarían staff y jugadores, y el 30 restante se lo quedaría Skull Cracker”.

Pero el problema no quedo ahí, según Bankai “desde los primeros días le pedía a la manager del equipo que nos diera los contratos… Decían que nos lo iban a dar pero jamás sucedió”. Lo mismo afirmaba la ex-psicóloga de Skull Cracker Janira Castro “Yo les insistía cada fin de mes que nos den los contratos, para tener un respaldo de que pertenecemos al club, pero nunca nos lo dieron”.

Al ser consultada la manager de Skull Cracker sobre este particular, mencionó que “El acuerdo entre staff y la organización era verbal, no escrito”. Justificó esa decisión indicando que era “debido a la pandemia… para que las cosas no queden a medias”. Además afirmó que “el staff me insistía con el asunto de los contratos, pero yo les mencionaba el inconveniente que teníamos”, refiriéndose a la pandemia.

Problemas por el trashtalk

Skull Cracker mantiene una política estricta sobre el trashtalk, en opinión de uno de los CEOs, Fawel Jarrín “a nosotros no nos gusta meternos en esos líos. No nos gusta la polémica”.  Esa política explica el reclamo que hace Bankai, quien fue sancionado por un caso en el que, en el chat de las transmisiones de LVP Ecuador, criticó a Elune, jugador en ese momento de Aces Gaming. Esto le causó un llamado la atención por parte de la organización por “hablar mal de jugadores de otros equipos”. Para el analista colombiano esto no tenía ningún sentido debido a su cercanía con el jugador. En su carta aprovechó para criticar con ironía la política de SKC:

Yo con Elune conservo una buena amistad, fui su analista en un equipo de Colombia. Cuando veía a Elune jugar en las transmisiones de LVP comentaba en el chat cosas para molestarle, diciendo cosas como “Elune lul”, y cosas por el estilo. Este tipo de comportamiento no le gustaba a la organización porque Skull Cracker no permite el trashtalk, ya que es una “super organización” que no quiere meterse en ese tipo de problemas, cuando de manera interna hablan mal de otros jugadores y equipos”.

El caso del teclado

El analista colombiano Bankai tenía varios cabos por atar cuando salió de la organización, uno de esos era la entrega pendiente de un Teclado. Según sus declaraciones a Prensalol, comentó que  había pedido a la organización en diciembre del año pasado un teclado, “pasan las semanas… acaba el split y no recibía ninguna información del teclado. Salgo del equipo y en uno de los partidos de Skull Cracker en clausura comenté en el chat de la transmisión sobre lo mal planteado que estaba uno de sus juegos. Después, cuando escribí a uno de los CEOs sobre el teclado me dijo que no me la iban a dar, que por mi comportamiento en la retransmisión de twitch no me iban a dar el teclado que se me prometió. Incluso cuando ya estaba desvinculado de la organización recibía “castigos” por lo que comentaba en las retransmisiones”.

Al respecto, uno de los administradores del equipo comentó:

No era obligación del equipo comprarle periféricos al staff. Bankai pedía un teclado de $150. Yo le dije que, si no se podía comprar todo el teclado, de mi dinero te daré cierta parte del precio total. Desde que quedamos en eso, salió de Skull y no ha hecho otra cosa que dar críticas destructivas al equipo, y eso no lo toleraba. Yo soy una persona que históricamente cumple su palabra, y esta será la primera y última vez que no lo cumpla, porque el no se lo merece ya que siguió atacando al equipo”.

La gota que derramó el vaso

Terminado el split, Bankai se sorprende sobre la noticia que recibió. El bono que fue otorgado al staff técnico no fue lo acordado según Bankai. Sobre esto opinó:

Le escribí a uno de los CEOs de la organización, Byron, sobre los bonos. El me dijo que estaba en total desacuerdo que nos den los bonos por nuestro comportamiento, pero ya que dieron la palabra pues nos daban un monto de $200. Lo acordado era $350, eso quiere decir que me estafaron 150$”.

La gente de Skull Cracker niega haber llegado a este acuerdo, ya que según los comentarios de la organización “nunca existió un bonus por rendimiento para el staff, ese bonus por rendimiento era solo para los jugadores”.

Además del asunto de los bonos, tanto Bankai como Janira, la psicóloga, afirmaban que Skull Cracker Clan debía un mes de pago a la antigua psicóloga del equipo. Este fue un hecho que no sabía el público y nos enteramos por el comunicado que sacó el analista colombiano. Sobre este tema, SKC comenta que:

Había reportes de los jugadores que la psicóloga faltaba a sus sesiones por algunos días, esto fue llevado a la mesa de análisis de casos para saber qué puede hacerse en estas situaciones. La psicóloga está en análisis por su trabajo. Todavía no se le paga por esa razón”.

El drama continúa principalmente por las informalidades que se han dado en ambas partes. Escenas como estas empañan la organización de una competencia que crece en Ecuador y que requiere ser llevada con mayor profesionalismo.