El desarrollo de la competencia en Latinoamérica ha dado pie a que se consoliden rivalidades que poco a poco fueron apareciendo en cada visita a la grieta del invocador. ¿Podemos hablar de “clásicos” en el competitivo de América Latina?

Por JonaValenzuela
Editor General de Prensalol

Twitter: @InfiniteVisions

Para que un encuentro deportivo sea considerado como “clásico”, uno de los principales requisitos es que se haya construido una rivalidad en torno a dos o más equipos por demostrar su supremacía a lo largo del tiempo, venida mucho más desde los propios hinchas que desde las escuadras en cuestión. Esto parecía ser terreno inexplorado aún en las competencias de Latinoamérica, pero desde la segunda mitad de 2017, han comenzado consolidarse de la mano de instituciones que podrían definirse como “parte de la tradición” del League Of Legends en la región.

Si pensamos en la Latinoamérica Sur, ¿habrá algún cruce que no sea más esperado que el de Kaos Latin Gamers contra Isurus Gaming? Desde que se instauró la CLS, ambos equipos son los únicos que han saboreado la gloria de ser campeón, lo que ha construido en torno a ellos una rivalidad de la que las mismas escuadras hacen eco. No por nada, desde la Copa Río de La Plata 2017 que están llamando formalmente a este cruce, el “Superclásico” en sus redes sociales.

Lo cierto es que ambos equipos tienen la fanbase más grande de LAS, generando un fuerte sentimiendo de identidad y comunidad, regalándonos momentos épicos dentro de la competencia. Cómo olvidar el robo de Barón de Juliostito en el tercer juego contra Isurus en la final del Clausura 2016, jugada que, literalmente, significó la remontada del rinoceronte para ganar épicamente ese torneo por 3 a 2 cuando tenía todo en contra.  O ese tiburón del primer split de 2017, que se veía imparable luego del bootcamp de Corea y que se quedó con notable facilidad con la CLS de apertura ese año.

El tiempo ha permitido también acumular una gran cantidad de encuentros entre ambas escuadras. Desde que se instauró la Copa Latinoamérica Sur, se han enfrentado en 25 ocasiones. Los números, en cantidad, favorecen al tiburón, que ha derrotado 14 veces a KLG, versus las 11 victorias del rinoceronte. Sin embargo, Estos últimos se han impuesto en las dos finales que han jugado, demostrando más concentración en momentos decisivos, un componente importante de los “clásicos”.

Más allá de este llamado “Súperclásico”, también se puede destacar los juegos entre Isurus Gaming y Furious Gaming como un clásico más pequeño, debido a la tradición de ambas escuadras en esta liga y el de la calavera contra KLG por el mismo motivo, aunque no generan tanta expectación. El resto de los equipos de la competencia aún no han construido la historia suficiente ni han generado el sentimiento de identidad necesario para equipararse, pero han estado trabajando fuertemente en ello, a lo menos, desde 2017.

¿Qué pasa en el norte? Es un poco más difícil establecer rivalidades, ya que el dominio del ex Lyon Gaming, Rainbow7, ha sido sin contrapeso. Hasta cierto punto, Just Toys Havoks podría haber sido una potencial rivalidad construida en el tiempo gracias a sus resultados, pero los hechos recientes descartan en un 100% la posibilidad de que pueda desarrollarse en el futuro. La irregularidad tampoco ha sido positiva para que Dash9 pudiera ser candidato, a pesar de su tradición en el torneo. En el mediano plazo, tanto Infinity Esports como Predators, podrían transformarse en el rival que necesita R7 para desarrollar un clásico en Latinoamérica Norte.

En este punto aparece el verdadero rival de esa escuadra imparable de LAN, que da forma al verdadero “Superclásico de Latinoamérica”: Kaos Latin Gamers. Ambos son los equipos más populares del continente, dos escuadras con tradición, triunfos y una base de fans que defiende fehacientemente los colores de su equipo cuando toca enfrentarse con el otro, algo que ha venido ocurriendo desde 2014. Podríamos decir, incluso, que ambos equipos han sido la cara visible de sus respectivos competitivos.

Los fans de ese Lyon imparable aún tienen la espina clavada que significó caer en las dos finales latinoamericanas frente al rinoceronte en 2015, tanto en Ciudad de México como en Santiago de Chile, lo que fue el detonante para la rivalidad más importante de la región. Hasta el día de hoy se compara constantemente el nivel de ambos equipos durante los torneos, sobre todo cuando han llegado a fases wildcard o previas al Mundial, donde los mexicanos han logrado mejores resultados.

Lo cierto es que el tiempo de los clásicos en el competitivo latinoamericano está pisando fuerte, lo que incluso le está dando más sentido deportivo a la competencia y lo aleja de su origen más orientado hacia el videojuego como tal. Atrás quedó ese PEX Team que, seguramente, fue uno de los primeros en encender esta llama, generando identidad con sus fans (y que ahora intenta revivir en LAN), o equipos como Lol Cave, U Rage Quit, Tesla, etc. quienes tuvieron un paso fugaz por la región.

Ahora son instituciones más consolidadas y que están trabajando fuertemente en crear identidad en su fanaticada, la era de los clásicos está tocando la puerta frente a nuestras narices.

Foto: Riot Games

 

 

 

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